INTRODUCCIÓN
En la siguiente historia hay un hombre que llega a una habitación y
comienza a conversar con una serie de voces de personas fallecidas. Estas
personas dejaron huella en la vida del protagonista y le traen a la memoria una
serie de hechos, la mayor parte desagradables para él. Tal vez el personaje
central sea una especie de espiritista o, sencillamente, se trata de un enfermo
que padece esquizofrenia.
PERSONAJES
RENZO: Hombre de edad madura.
VOZ DE LA MADRE: Progenitora de Renzo.
VOZ DE POLA: Ex-mujer de Renzo.
VOZ DE LA NIÑA: Hija de Pola e hijastra de Renzo.
VOZ DE TIRSO: Amigo de Renzo, antiguo malhechor.
VOZ DE ROSO: Amigo homosexual de Renzo.
PARTE
ÚNICA
RENZO
Buenas noches, cuarto. Vengo cansado,
aunque quizás menos cansado que otras veces. Bueno, en verdad, los cuartos no
hablan, pero ya no tardan en comenzarme a hablar mis amigos invisibles de
siempre. Incluso mi madre muerta me habla muchas veces, y hay un amigo muerto
que me visita todas las noches. Los que me hablan no sé si todos están muertos,
porque hace ya bastante tiempo que no tengo noticias de ellos. A veces me hacen
reír, pero a veces me atormentan, porque me hacen recordar todos los grandes
errores que he cometido a lo largo de esta vida. Nomás me siento en la cama y
ahí comienza el parloteo. Son como fantasmas. Son como la familia que recibe a
alguien que regresa a casa. Por eso no me siento solo y me quedo dormido
mientras me siguen hablando.
(Se sienta sobre la cama).
VOZ DE LA MADRE
Hola,
hijo mío. ¿Cómo te ha ido?
RENZO
Hola, madre. ¿Cómo está la cosa por allá en el
otro mundo? ¿Con quién vas a estar al fin, con Mandinga o con San Pedro? ¿Con
el cachudo o con don Perucho?
VOZ DE LA MADRE
Bueno, Renzo, la cola hasta las puertas del
cielo y del infierno todavía está bien larga. Imagínate, y eso que tengo ya
diez años que fallecí. El problema es que la población mundial aumentó
exageradamente en los últimos años, a la vez que aumentaron las necesidades y
las enfermedades de los seres humanos. Total, la cosa está fea aquí en las
alturas. No sé todavía en qué lado me va a tocar, si con don Perucho o con
Satanás. Lo más probable es que me tiren de cabeza a las llamas del infierno,
ya que los pecados que cargo a cuestas pesan más que un barco petrolero. Veo a
lo largo de la cola que hay muchos que no va a ser necesario que Mandinga les
ponga cuernos, ya que ya los traen de su vida en la tierra debido a tanta
infidelidad de los esposos y de las esposas.
RENZO
Oye, vieja, ¿es verdad que allá
Mandinga les pregunta a los recién llegados sobre qué prefieren que les pongan,
que si cachos o un rabo con punta de flecha?
VOZ DE LA MADRE
No tengo información al respecto. De
todos modos, si me piden a elegir les diré que me pongan una cola de esas,
porque el hueco ya lo tengo hecho. En cambio, si se trata de cuernos, supongo
que deben perforar un par de agujeros con un taladro. Y, qué va, chamo, esa
vaina debe doler como no tienes una idea.
RENZO
Madre, te extraño.
VOZ DE LA MADRE
Y yo a ti, hijo.
RENZO
Me entristece no haber podido darte más
de lo que pude. Me alejé mucho de ti en tus últimos años. Gasté la plata en
placeres. Perdí mi tiempo.
VOZ DE LA MADRE
Te advertí mucho sobre la gente con
quien te juntabas. Hubo amistades tuyas que no servían para un carajo. ¿Cuánto
te dije que esa mujer, la Pola, no te convenía? Esa era una mujer parida y algo
mayor que tú. Tú te merecías algo mejor, hijo.
RENZO
Ya, madre. No me lo repitas, por favor.
VOZ DE POLA
Sí, vieja metiche. Cállate ya. ¿Es que no te
cansas de estar puro mencionándome?
RENZO
Tranquila, Pola. No ofendas a mi madre que
está muerta.
VOZ DE LA MADRE
¿Ya falleciste, Pola? No te he visto aquí en
la cola del otro mundo.
VOZ DE POLA
Eso a usted no le importa. Si estoy
viva o muerta es mi problema.
VOZ DE LA MADRE
Bueno, de todos modos algún día estarás aquí,
como yo ahorita. Por lo menos, allá en la tierra las colas para comprar comida,
o en los bancos, o en los hospitales, allá duran muy poco; en cambio, aquí te
van a salir ampollas en los talones.
RENZO
Pola, no vengas otra vez a refregarme en la
cara el haberte abandonado cuando más me necesitabas. No me digas otra vez que
tengo la culpa de que tu niña se haya muerto. Pues, ya tengo bien claro que
tienes razón. Debí dejarte en otro momento y no en esos días. Tu hija se
enfermó terriblemente y quizás con mi ayuda económica se le hubiera pagado un
tratamiento. Pero ya ves lo que pasó: Salí huyendo, como asustado. No soportaba
viéndote llorar todos los días, viéndote que estabas como loca, llevando brujos
embusteros a la casa y rezando el Rosario cuatro veces al día. Recuerdo que te
ofendías porque no me gustaba rezar el Rosario, y hasta un día me mentaste la
madre por eso.
VOZ DE LA MADRE
Ah, eso de mentarte la madre no es cosa
de caerse para atrás.
VOZ DE POLA
Renzo, hoy no vengo a repetirte lo de mi niña.
Hoy te la traigo a ella. Te la traigo para que te salude. Porque, a pesar de
que no fuiste su padre biológico, muchas veces hiciste como si lo fueras.
RENZO
¿Haz traído la nena, Pola?
VOZ DE LA NIÑA
Hola, Rencito. Me quedé dormida para
siempre. Quería volverme a despertar para esperarte todas las noches, porque
casi siempre me traías alguna golosina. Pero fue difícil. La enfermedad pudo
más y no me dejó volver a abrir los ojos.
RENZO
Querida, querida mía. Perdóname. Seguro
que estuvieras viva si yo no hubiese desaparecido de tu casa.
Hubo un silencio.
RENZO
Pola, ¿estás ahí? Madre. ¿Ya se fueron todas?
(No hay respuesta)
Bueno, parece que sí. Se marcharon. Así sucede casi todas las noches.
Hay veces que no me habla ninguno, y hay veces en que esto parece un mercado:
Habla uno y el otro, o hablan dos o varios a la vez. Cuando crean escándalos
les pongo un reagatón y ahí mismo se espantan.
(Enciende un pequeño aparato de
sonido donde se escucha el tipo de música mencionada. La deja sonar por unos
quince segundos y la quita)
Es el mejor remedio para echar a
los muertos. Caray, qué mala es esa música.
VOZ DE TIRSO
Renzo, Renzo.
RENZO
Ajá, qué bueno tenerte por acá, Tirso.
¿Ya saliste de la cola allá en las alturas?
VOZ DE TIRSO
No, Renzo. Creo que estoy unos tres kilómetros
más atrás que tu difunta madre. Creo que nos están engañando aquí en el otro
mundo. En realidad, pienso que ya estoy en el infierno, ya que llevo cerca de
ocho años parado en una cola que apenas se mueve, y, para colmo del
caso, aquí en esta vaina no hay heladeros ni chicheros ni vendedores de
periódicos.
RENZO
Tu visita es para mí una mezcla de
culpa con alegría.
VOZ DE TIRSO
No te preocupes por esa pendejada. Ya
me los has dicho en otras oportunidades.
RENZO
Te entregué a la muerte. La policía me ofreció
dinero para que dijera dónde te encontrabas. Yo necesitaba la plata para irme
con la Yuyi a un hotel de categoría y no a un hotel media estrella. Las ganas
hacia la mujer me hicieron venderte como Judas a Cristo. Al día siguiente, en
la habitación del hotel, al encender la tele, lo primero que vi fue la triste
noticia de tu muerte. La policía te dejó como un colador. Te entraron balas
hasta en la cédula. Lo que pasó fue que te portaste como un gran huevón al
ofrecer resistencia.
VOZ DE TIRSO
Bueno, fue más por mi culpa que por la tuya.
RENZO
Llevo muchos sentimientos de culpa en el alma,
Tirso. Y es difícil vivir así. Y hay otras cosas que me da pena recordar: Por
ejemplo, una vez mi madre me encontró con la Yuyi en plena acción, en vivo y
directo, sin ropita, sobre el sofá. Qué vergüenza tan grande, chamo.
VOZ DE LA MADRE
Ay,
Rencito, esos recuerdos deberían darte risa. Si supieras que a mí, cuando
joven, me sorprendieron tres veces en lo mismo.
RENZO
¡Ay, madre! Creí que ya no estabas por aquí.
Es verdad, eso ya no tiene importancia.
VOZ DE LA MADRE
Me retiré por un momento porque me fui a
averiguar qué decían en la cola. Parece que a los de la tercera edad nos van a
regalar unos diez kilómetros de distancia.
VOZ DE TIRSO
(Riendo)
Cuando estuve vivo fui malandro. Y creo
que voy a portarme mal en este otro mundo. Me brincaré hasta los primeros
puestos. Ya no aguanto más esa falta de respeto hacia los pecadores. Y, si es
posible, le daré un golpe de estado a Satanás. A fin de cuentas, yo fui un
líder de una banda temible.
Hubo una pausa.
RENZO
Parece que se fueron. Ellos son
así. Se van sin despedirse. Van y vienen. Espero que no vuelvan más, porque ya
me está pegando el sueño.
(Se va tras el biombo y sale en pantalones cortos.
Bosteza)
Bueno, ya es hora de dormir.
VOZ DE ROSO
No, todavía no, Renzo. Otórgame un minuto
aunque sea.
RENZO
¡Roso! Qué sorpresa. Me dijeron que te mató el
SIDA.
VOZ DE ROSO
Sí, Renzo. Lamentablemente, los maricos
terminamos así.
RENZO
Falleciste lejos y muy rápido. No me dio
chance de ubicarte para pagarte los varios miles que te debía.
VOZ DE ROSO
Ay, Rencito, ¿para qué piensas en eso? Aquí en
la cola del otro mundo el dinero no hace falta.
RENZO
Me da pena contigo. Tantos favores que me
hiciste y no te fui a visitar cuando estabas enfermo.
VOZ DE ROSO
Lo que pasa era que tú me gustabas mucho, pero
¿qué más se le va a hacer? Tú no tienes inclinaciones hacia las personas como
yo, porque eres normal. Pero al menos no me despreciabas por ser gay.
RENZO
Voy a mandar a hacer una misa para el descanso
de tu alma.
VOZ DE ROSO
Ay, Rencito, no seas tonto. Eso no
funciona. Esa es una gran coba que meten los curas para sacarle el dinero a los
pendejos. Bájate de esa nube y no creas en embustes. ¿Cómo va a descansar uno
si toda la eternidad le toca marchar en una cola esperando si lo acepta don
Perucho o Mandinga?
(Hace una pausa)
Bueno, amigo, te dejo ya,
felices sueños.
RENZO
Gracias por la visita, Roso, gracias. Vuelve
cuando quieras.
Pausa.
Se fueron ya. Hoy no ha
sido necesario ponerles reagatón. Ojalá y que descansen en paz.
FIN
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