RENZO Y LOS MUERTOS

RENZO Y LOS MUERTOS
Escrito por: © Enrique Santiago


INTRODUCCIÓN
En la siguiente historia hay un hombre que llega a una habitación y comienza a conversar con una serie de voces de personas fallecidas. Estas personas dejaron huella en la vida del protagonista y le traen a la memoria una serie de hechos, la mayor parte desagradables para él. Tal vez el personaje central sea una especie de espiritista o, sencillamente, se trata de un enfermo que padece esquizofrenia.

PERSONAJES
RENZO: Hombre de edad madura.
VOZ DE LA MADRE: Progenitora de Renzo.
VOZ DE POLA: Ex-mujer de Renzo.
VOZ DE LA NIÑA: Hija de Pola e hijastra de Renzo.
VOZ DE TIRSO: Amigo de Renzo, antiguo malhechor.
VOZ DE ROSO: Amigo homosexual de Renzo.

 PARTE ÚNICA
RENZO
          Buenas noches, cuarto. Vengo cansado, aunque quizás menos cansado que otras veces. Bueno, en verdad, los cuartos no hablan, pero ya no tardan en comenzarme a hablar mis amigos invisibles de siempre. Incluso mi madre muerta me habla muchas veces, y hay un amigo muerto que me visita todas las noches. Los que me hablan no sé si todos están muertos, porque hace ya bastante tiempo que no tengo noticias de ellos. A veces me hacen reír, pero a veces me atormentan, porque me hacen recordar todos los grandes errores que he cometido a lo largo de esta vida. Nomás me siento en la cama y ahí comienza el parloteo. Son como fantasmas. Son como la familia que recibe a alguien que regresa a casa. Por eso no me siento solo y me quedo dormido mientras me siguen hablando.
 (Se sienta sobre la cama).
VOZ DE LA MADRE
         Hola, hijo mío. ¿Cómo te ha ido?
RENZO
         Hola, madre. ¿Cómo está la cosa por allá en el otro mundo? ¿Con quién vas a estar al fin, con Mandinga o con San Pedro? ¿Con el cachudo o con don Perucho?
VOZ DE LA MADRE
         Bueno, Renzo, la cola hasta las puertas del cielo y del infierno todavía está bien larga. Imagínate, y eso que tengo ya diez años que fallecí. El problema es que la población mundial aumentó exageradamente en los últimos años, a la vez que aumentaron las necesidades y las enfermedades de los seres humanos. Total, la cosa está fea aquí en las alturas. No sé todavía en qué lado me va a tocar, si con don Perucho o con Satanás. Lo más probable es que me tiren de cabeza a las llamas del infierno, ya que los pecados que cargo a cuestas pesan más que un barco petrolero. Veo a lo largo de la cola que hay muchos que no va a ser necesario que Mandinga les ponga cuernos, ya que ya los traen de su vida en la tierra debido a tanta infidelidad de los esposos y de las esposas.
RENZO
         Oye, vieja, ¿es verdad que allá Mandinga les pregunta a los recién llegados sobre qué prefieren que les pongan, que si cachos o un rabo con punta de flecha?



VOZ DE LA MADRE
           No tengo información al respecto. De todos modos, si me piden a elegir les diré que me pongan una cola de esas, porque el hueco ya lo tengo hecho. En cambio, si se trata de cuernos, supongo que deben perforar un par de agujeros con un taladro. Y, qué va, chamo, esa vaina debe doler como no tienes una idea.
RENZO
         Madre, te extraño.
VOZ DE LA MADRE
         Y yo a ti, hijo.
RENZO
         Me entristece no haber podido darte más de lo que pude. Me alejé mucho de ti en tus últimos años. Gasté la plata en placeres. Perdí mi tiempo.
VOZ DE LA MADRE
         Te advertí mucho sobre la gente con quien te juntabas. Hubo amistades tuyas que no servían para un carajo. ¿Cuánto te dije que esa mujer, la Pola, no te convenía? Esa era una mujer parida y algo mayor que tú. Tú te merecías algo mejor, hijo.
RENZO
         Ya, madre. No me lo repitas, por favor.
VOZ DE POLA
         Sí, vieja metiche. Cállate ya. ¿Es que no te cansas de estar puro mencionándome?
RENZO
         Tranquila, Pola. No ofendas a mi madre que está muerta.

VOZ DE LA MADRE
         ¿Ya falleciste, Pola? No te he visto aquí en la cola del otro mundo.
VOZ DE POLA
         Eso a usted no le importa. Si estoy viva o muerta es mi problema.
VOZ DE LA MADRE
         Bueno, de todos modos algún día estarás aquí, como yo ahorita. Por lo menos, allá en la tierra las colas para comprar comida, o en los bancos, o en los hospitales, allá duran muy poco; en cambio, aquí te van a salir ampollas en los talones.
RENZO
         Pola, no vengas otra vez a refregarme en la cara el haberte abandonado cuando más me necesitabas. No me digas otra vez que tengo la culpa de que tu niña se haya muerto. Pues, ya tengo bien claro que tienes razón. Debí dejarte en otro momento y no en esos días. Tu hija se enfermó terriblemente y quizás con mi ayuda económica se le hubiera pagado un tratamiento. Pero ya ves lo que pasó: Salí huyendo, como asustado. No soportaba viéndote llorar todos los días, viéndote que estabas como loca, llevando brujos embusteros a la casa y rezando el Rosario cuatro veces al día. Recuerdo que te ofendías porque no me gustaba rezar el Rosario, y hasta un día me mentaste la madre por eso.
VOZ DE LA MADRE
         Ah, eso de mentarte la madre no es cosa de caerse para atrás.
VOZ DE POLA
         Renzo, hoy no vengo a repetirte lo de mi niña. Hoy te la traigo a ella. Te la traigo para que te salude. Porque, a pesar de que no fuiste su padre biológico, muchas veces hiciste como si lo fueras.
RENZO
         ¿Haz traído la nena, Pola?
VOZ DE LA NIÑA
         Hola, Rencito. Me quedé dormida para siempre. Quería volverme a despertar para esperarte todas las noches, porque casi siempre me traías alguna golosina. Pero fue difícil. La enfermedad pudo más y no me dejó volver a abrir los ojos.
RENZO
         Querida, querida mía. Perdóname. Seguro que estuvieras viva si yo no hubiese desaparecido de tu casa.
Hubo un silencio.
RENZO
         Pola, ¿estás ahí? Madre. ¿Ya se fueron todas?
(No hay respuesta)
Bueno, parece que sí. Se marcharon. Así sucede casi todas las noches. Hay veces que no me habla ninguno, y hay veces en que esto parece un mercado: Habla uno y el otro, o hablan dos o varios a la vez. Cuando crean escándalos les pongo un reagatón y ahí mismo se espantan.
 (Enciende un pequeño aparato de sonido donde se escucha el tipo de música mencionada. La deja sonar por unos quince segundos y la quita)
 Es el mejor remedio para echar a los muertos. Caray, qué mala es esa música.
VOZ DE TIRSO
         Renzo, Renzo.
RENZO
         Ajá, qué bueno tenerte por acá, Tirso. ¿Ya saliste de la cola allá en las alturas?
VOZ DE TIRSO
         No, Renzo. Creo que estoy unos tres kilómetros más atrás que tu difunta madre. Creo que nos están engañando aquí en el otro mundo. En realidad, pienso que ya estoy en el infierno, ya que llevo cerca de ocho años parado en una cola  que apenas se mueve, y, para colmo del caso, aquí en esta vaina no hay heladeros ni chicheros ni vendedores de periódicos.
RENZO
         Tu visita es para mí una mezcla de culpa con alegría.
VOZ DE TIRSO
         No te preocupes por esa pendejada. Ya me los has dicho en otras oportunidades.
RENZO
         Te entregué a la muerte. La policía me ofreció dinero para que dijera dónde te encontrabas. Yo necesitaba la plata para irme con la Yuyi a un hotel de categoría y no a un hotel media estrella. Las ganas hacia la mujer me hicieron venderte como Judas a Cristo. Al día siguiente, en la habitación del hotel, al encender la tele, lo primero que vi fue la triste noticia de tu muerte. La policía te dejó como un colador. Te entraron balas hasta en la cédula. Lo que pasó fue que te portaste como un gran huevón al ofrecer resistencia.
VOZ DE TIRSO
         Bueno, fue más por mi culpa que por la tuya.
RENZO
         Llevo muchos sentimientos de culpa en el alma, Tirso. Y es difícil vivir así. Y hay otras cosas que me da pena recordar: Por ejemplo, una vez mi madre me encontró con la Yuyi en plena acción, en vivo y directo, sin ropita, sobre el sofá. Qué vergüenza tan grande, chamo.
VOZ DE LA MADRE
         Ay, Rencito, esos recuerdos deberían darte risa. Si supieras que a mí, cuando joven, me sorprendieron tres veces en lo mismo.
RENZO
         ¡Ay, madre! Creí que ya no estabas por aquí. Es verdad, eso ya no tiene importancia.
VOZ DE LA MADRE
         Me retiré por un momento porque me fui a averiguar qué decían en la cola. Parece que a los de la tercera edad nos van a regalar unos diez kilómetros de distancia.
VOZ DE TIRSO
(Riendo)
         Cuando estuve vivo fui malandro. Y creo que voy a portarme mal en este otro mundo. Me brincaré hasta los primeros puestos. Ya no aguanto más esa falta de respeto hacia los pecadores. Y, si es posible, le daré un golpe de estado a Satanás. A fin de cuentas, yo fui un líder de una banda temible.
Hubo una pausa.
RENZO
 Parece que se fueron. Ellos son así. Se van sin despedirse. Van y vienen. Espero que no vuelvan más, porque ya me está pegando el sueño.
(Se va tras el biombo y sale en pantalones cortos. Bosteza)
         Bueno, ya es hora de dormir.
VOZ DE ROSO
         No, todavía no, Renzo. Otórgame un minuto aunque sea.
RENZO
         ¡Roso! Qué sorpresa. Me dijeron que te mató el SIDA.
VOZ DE ROSO
         Sí, Renzo. Lamentablemente, los maricos terminamos así.
RENZO
         Falleciste lejos y muy rápido. No me dio chance de ubicarte para pagarte los varios miles que te debía.
VOZ DE ROSO
         Ay, Rencito, ¿para qué piensas en eso? Aquí en la cola del otro mundo el dinero no hace falta.
RENZO
         Me da pena contigo. Tantos favores que me hiciste y no te fui a visitar cuando estabas enfermo.
VOZ DE ROSO
         Lo que pasa era que tú me gustabas mucho, pero ¿qué más se le va a hacer? Tú no tienes inclinaciones hacia las personas como yo, porque eres normal. Pero al menos no me despreciabas por ser gay.
RENZO
         Voy a mandar a hacer una misa para el descanso de tu alma.
VOZ DE ROSO
         Ay, Rencito, no seas tonto. Eso no funciona. Esa es una gran coba que meten los curas para sacarle el dinero a los pendejos. Bájate de esa nube y no creas en embustes. ¿Cómo va a descansar uno si toda la eternidad le toca marchar en una cola esperando si lo acepta don Perucho o Mandinga?
(Hace una pausa)
        Bueno, amigo, te dejo ya, felices sueños.



RENZO
         Gracias por la visita, Roso, gracias. Vuelve cuando quieras.
Pausa.
        Se fueron ya. Hoy no ha sido necesario ponerles reagatón. Ojalá y que descansen en paz.
FIN



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